
El principio de I Sell the Dead es una auténtica declaración de intenciones: hordas de gente en la plaza de un pueblo del siglo XIX gritan encendidas ante una guillotina a punto de cortar en dos al mismísimo Larry Fessenden.
This post confirms my ownership of the site and that this site adheres to Google AdSense program policies and Terms and Conditions: ca-pub-6021566968532270